24 de julio
escrito por Mons. Victor Manuel Fernández
https://misionerosdigitales.com/wp-content/uploads/2019/07/24-de-Julio.mp3
¿Cómo transforma nuestro comportamiento el Espíritu Santo? Lo hace con la ayuda de nuestra cooperación, porque él quiere que también seamos activos en nuestro crecimiento.
El desarrollo de las virtudes requiere algunas renuncias. Por ejemplo, para aprender a ser pacientes, a veces tenemos que renunciar a decir algunas cosas, o a quejarnos, o a maltratar a otros; para ser humildes a veces tenemos que renunciar a hablar de nosotros mismos; para ser generosos tenemos que renunciar a algunos bienes.
Cada vez que decimos que no a algo inconveniente (un amor prohibido, una experiencia peligrosa, algo indebido) nos queda un vacío, una especie de hueco interior que reclama. Pero ¿con qué se llena ese vacío para que se convierta en algo positivo?
En realidad, el solo hecho de renunciar a algo que no es bueno ya debería hacernos sentir nobles y serenos con nuestra conciencia. Pero eso puede ser sólo orgullo, una necesidad de aparentar, el deseo de sentirse importante, o una forma de cuidarse para evitar problemas. Entonces, eso no hace más que dejarnos en la superficialidad.
Lo único que llena el vacío es el amor. Renunciar cuando es necesario, pero por amor, realmente por amor. Entonces sí una renuncia nos deja una sensación de haber profundizado en la vida.
Ninguna virtud vale la pena si no está impregnada de amor. Por eso, una persona austera y sacrificada, pero sin amor, no es más que un egoísta o un vanidoso. Se contempla a sí mismo y le gusta sentirse más perfecto que otros. Eso no es profundidad, porque la persona se queda en el nivel superficial de la vanidad. Pero sólo el Espíritu Santo puede darnos el amor que no tenemos, y por eso, antes de cualquier esfuerzo, es necesario invocarlo y pedirle insistentemente que derrame la fuerza del amor en nuestro interior.
Parroquia divertida
¿Cultivas la alegría, la cordialidad, el buen humor? San Ignacio decía: “Me gusta ver reír a la gente. Un cristiano no tiene ningún motivo para estar triste y tiene muchos para estar alegre”. Y el P. Federico Faber: “No hay madera de santo en un alma melancólica; la alegría es como un misionero que predica a Dios haciéndolo amar”. En el avisador de una parroquia se leía:
- El viernes, a las siete, los niños del Oratorio representarán la obra "Hamlet" de Shakespeare, en el salón de la iglesia. Se invita a toda la comunidad a tomar parte en esta tragedia.
- Estimadas señoras, ¡No se olviden de la venta de beneficencia! Es una buena ocasión para liberarse de aquellas cosas inútiles que estorban en casa. Traigan a sus maridos.
- Tema de la catequesis de hoy: "Jesús camina sobre las aguas". Catequesis de mañana: "En búsqueda de Jesús".
- El coro de los mayores de sesenta años se suspenderá durante los meses de verano, con agradecimiento por parte de toda la parroquia.
Defiende y cultiva la alegría.
El sentido del humor te ayudará a encarar las situaciones estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas serán aliviadas. Ríe, y tu vida se alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si eres capaz de reírte de una situación, por más dolorosa que sea, podrás superarla. Que sepas fomentar hoy tu capacidad de alegría.
* Enviado por el P. Natalio
escrito por Mons. Victor Manuel Fernández
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¿Cómo transforma nuestro comportamiento el Espíritu Santo? Lo hace con la ayuda de nuestra cooperación, porque él quiere que también seamos activos en nuestro crecimiento.
El desarrollo de las virtudes requiere algunas renuncias. Por ejemplo, para aprender a ser pacientes, a veces tenemos que renunciar a decir algunas cosas, o a quejarnos, o a maltratar a otros; para ser humildes a veces tenemos que renunciar a hablar de nosotros mismos; para ser generosos tenemos que renunciar a algunos bienes.
Cada vez que decimos que no a algo inconveniente (un amor prohibido, una experiencia peligrosa, algo indebido) nos queda un vacío, una especie de hueco interior que reclama. Pero ¿con qué se llena ese vacío para que se convierta en algo positivo?
En realidad, el solo hecho de renunciar a algo que no es bueno ya debería hacernos sentir nobles y serenos con nuestra conciencia. Pero eso puede ser sólo orgullo, una necesidad de aparentar, el deseo de sentirse importante, o una forma de cuidarse para evitar problemas. Entonces, eso no hace más que dejarnos en la superficialidad.
Lo único que llena el vacío es el amor. Renunciar cuando es necesario, pero por amor, realmente por amor. Entonces sí una renuncia nos deja una sensación de haber profundizado en la vida.
Ninguna virtud vale la pena si no está impregnada de amor. Por eso, una persona austera y sacrificada, pero sin amor, no es más que un egoísta o un vanidoso. Se contempla a sí mismo y le gusta sentirse más perfecto que otros. Eso no es profundidad, porque la persona se queda en el nivel superficial de la vanidad. Pero sólo el Espíritu Santo puede darnos el amor que no tenemos, y por eso, antes de cualquier esfuerzo, es necesario invocarlo y pedirle insistentemente que derrame la fuerza del amor en nuestro interior.
Parroquia divertida
¿Cultivas la alegría, la cordialidad, el buen humor? San Ignacio decía: “Me gusta ver reír a la gente. Un cristiano no tiene ningún motivo para estar triste y tiene muchos para estar alegre”. Y el P. Federico Faber: “No hay madera de santo en un alma melancólica; la alegría es como un misionero que predica a Dios haciéndolo amar”. En el avisador de una parroquia se leía:
- El viernes, a las siete, los niños del Oratorio representarán la obra "Hamlet" de Shakespeare, en el salón de la iglesia. Se invita a toda la comunidad a tomar parte en esta tragedia.
- Estimadas señoras, ¡No se olviden de la venta de beneficencia! Es una buena ocasión para liberarse de aquellas cosas inútiles que estorban en casa. Traigan a sus maridos.
- Tema de la catequesis de hoy: "Jesús camina sobre las aguas". Catequesis de mañana: "En búsqueda de Jesús".
- El coro de los mayores de sesenta años se suspenderá durante los meses de verano, con agradecimiento por parte de toda la parroquia.
Defiende y cultiva la alegría.
El sentido del humor te ayudará a encarar las situaciones estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas serán aliviadas. Ríe, y tu vida se alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si eres capaz de reírte de una situación, por más dolorosa que sea, podrás superarla. Que sepas fomentar hoy tu capacidad de alegría.
* Enviado por el P. Natalio