Escrito por Mons Victor Manuel Fernández
4 de Marzo
"Espíritu Santo, que eres la fuente inagotable de todo lo que existe, hoy quiero darte gracias.
Gracias ante todo por la vida, por el fascinante misterio de existir. Porque respiro, me muevo, corre sangre por mi cuerpo, mi corazón late. Hay vida en mí. Gracias.
Gracias porque a través de mi piel y mis sentidos puedo tomar contacto con el mundo, porque puedo percibir los seres que has creado a mi alrededor.
Porque el aire roza mi piel, siento el calor y el frío, percibo el contacto con las cosas que toco.
Gracias porque mi pequeño mundo está repleto de pequeñas maravillas que no alcanzo a descubrir.
Me rodeas y me envuelves con tu luz.
Gracias, Espíritu Santo.
Amén."
Si deseas empezar a poseer la luz de Dios, ora.
Si ya estás encaminado hacia la bondad y quieres que la luz que te guio brille aún más, ora.
Si quieres la fe, ora
Si quieres la esperanza, ora
Si quieres la obediencia, la castidad, la humildad, la mansedumbre, la fortaleza, ora.
Sea cual sea la virtud que deseas, ora.
Cuanto más eres tentado, tanto más persevera en la oración.
Es por virtud de tu continua oración que mereces ser tentado, y es por virtud de tu continua oración que mereces ser liberado de las tentaciones.
La oración, en efecto, te da luz, te libera de las tentaciones, te vuelve puro, te une a Dios.
(Santa Ángela de Foligno)
4 de Marzo
"Espíritu Santo, que eres la fuente inagotable de todo lo que existe, hoy quiero darte gracias.
Gracias ante todo por la vida, por el fascinante misterio de existir. Porque respiro, me muevo, corre sangre por mi cuerpo, mi corazón late. Hay vida en mí. Gracias.
Gracias porque a través de mi piel y mis sentidos puedo tomar contacto con el mundo, porque puedo percibir los seres que has creado a mi alrededor.
Porque el aire roza mi piel, siento el calor y el frío, percibo el contacto con las cosas que toco.
Gracias porque mi pequeño mundo está repleto de pequeñas maravillas que no alcanzo a descubrir.
Me rodeas y me envuelves con tu luz.
Gracias, Espíritu Santo.
Amén."
Si deseas empezar a poseer la luz de Dios, ora.
Si ya estás encaminado hacia la bondad y quieres que la luz que te guio brille aún más, ora.
Si quieres la fe, ora
Si quieres la esperanza, ora
Si quieres la obediencia, la castidad, la humildad, la mansedumbre, la fortaleza, ora.
Sea cual sea la virtud que deseas, ora.
Cuanto más eres tentado, tanto más persevera en la oración.
Es por virtud de tu continua oración que mereces ser tentado, y es por virtud de tu continua oración que mereces ser liberado de las tentaciones.
La oración, en efecto, te da luz, te libera de las tentaciones, te vuelve puro, te une a Dios.
(Santa Ángela de Foligno)