marzo 14
https://misionerosdigitales.com/wp-content/uploads/2020/03/14-de-Marzo.mp3
«Ven Espíritu Santo, para que aprenda a vivir con libertad interior.
Ayúdame a desprenderme de mis planes cuando la vida me los modifique.
Toca mi corazón para que confíe en tu protección amorosa.
Serás mi poderoso salvador en medio de toda dificultad.
Derrama en mí tu vida, intensa y armoniosa, para que no me resista al cansancio, al desgaste, a los cambios, y para que no busque falsas seguridades.
Enséñame a aceptar con serenidad y fortaleza los límites variados de cada día y las cosas imprevistas. Libérame de toda resistencia interior contra la realidad.
Ayúdame a confiar, Espíritu Santo, sabiendo que también de los males puedes sacar algo bueno.
Enséñame a vencer mis nerviosismos y tensiones, para enfrentar con calma y seguridad interior todo lo que me suceda.
Destruye toda desconfianza para que pueda descansar en tu presencia, entregarme en tus brazos, sin pretender escapar de tu mirada de amor.
Vive conmigo Señor, enfrenta conmigo los desafíos y las dificultades que ahora tengo que resolver.
Porque contigo todo terminará bien.
Ven Espíritu Santo.
Amén.»
Padre Pío
“Las tinieblas que a veces obscurecen el cielo de vuestras almas son luz: por ellas, cuando llegan, os creéis en la obscuridad y tenéis la impresión de encontraros en medio de un zarzal ardiendo.
En efecto, cuando las zarzas arden, todo alrededor es una nubarrada y el espíritu desorientado teme no ver ni comprender ya nada. Pero entonces Dios habla y se hace presente al alma, que vislumbra, entiende, ama y tiembla"
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«Ven Espíritu Santo, para que aprenda a vivir con libertad interior.
Ayúdame a desprenderme de mis planes cuando la vida me los modifique.
Toca mi corazón para que confíe en tu protección amorosa.
Serás mi poderoso salvador en medio de toda dificultad.
Derrama en mí tu vida, intensa y armoniosa, para que no me resista al cansancio, al desgaste, a los cambios, y para que no busque falsas seguridades.
Enséñame a aceptar con serenidad y fortaleza los límites variados de cada día y las cosas imprevistas. Libérame de toda resistencia interior contra la realidad.
Ayúdame a confiar, Espíritu Santo, sabiendo que también de los males puedes sacar algo bueno.
Enséñame a vencer mis nerviosismos y tensiones, para enfrentar con calma y seguridad interior todo lo que me suceda.
Destruye toda desconfianza para que pueda descansar en tu presencia, entregarme en tus brazos, sin pretender escapar de tu mirada de amor.
Vive conmigo Señor, enfrenta conmigo los desafíos y las dificultades que ahora tengo que resolver.
Porque contigo todo terminará bien.
Ven Espíritu Santo.
Amén.»
“Las tinieblas que a veces obscurecen el cielo de vuestras almas son luz: por ellas, cuando llegan, os creéis en la obscuridad y tenéis la impresión de encontraros en medio de un zarzal ardiendo.
En efecto, cuando las zarzas arden, todo alrededor es una nubarrada y el espíritu desorientado teme no ver ni comprender ya nada. Pero entonces Dios habla y se hace presente al alma, que vislumbra, entiende, ama y tiembla"