escrito por Mons. Victor Manuel Fernández
febrero 24
https://misionerosdigitales.com/wp-content/uploads/2020/02/24-feb.mp3
Podemos decirle al Espíritu Santo, con todo el corazón, estas palabras del Salmo:
«Tú eres mi Señor, mi bien,
no hay nada fuera de ti…
Tú eres mi herencia,
mi copa, un lugar de delicias,
una promesa preciosa para mi…
Por eso se me alegra el corazón,
retozan mis entrañas
y hasta mi carne descansa serena…
Me enseñarás el sendero de la vida,
me hartarás de alegría ante ti,
lleno de alegría en tu presencia»
(Salmo 16,2.5-6.9.11).
Es bueno recordar que todos somos, por naturaleza, pecadores. Y lo que Jesús nos pide hoy es que tenemos que despreciar el pecado… pero no al pecador.
Recordando la enseñanza del Evangelio , al pecador tenemos que ayudarlo en su conversión, e invitarlo a que se acerque a la misericordia de Dios que lo espera como el Padre Misericordioso siempre dispuesto a abrazar y perdonar.
No importa cuán grande sea mi pecado… El amor, la misericordia, y el perdón de Dios son más grandes.
Recordemos lo que nos ha dicho el Papa Francisco:
febrero 24
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Podemos decirle al Espíritu Santo, con todo el corazón, estas palabras del Salmo:
«Tú eres mi Señor, mi bien,
no hay nada fuera de ti…
Tú eres mi herencia,
mi copa, un lugar de delicias,
una promesa preciosa para mi…
Por eso se me alegra el corazón,
retozan mis entrañas
y hasta mi carne descansa serena…
Me enseñarás el sendero de la vida,
me hartarás de alegría ante ti,
lleno de alegría en tu presencia»
(Salmo 16,2.5-6.9.11).
Es bueno recordar que todos somos, por naturaleza, pecadores. Y lo que Jesús nos pide hoy es que tenemos que despreciar el pecado… pero no al pecador.
Recordando la enseñanza del Evangelio , al pecador tenemos que ayudarlo en su conversión, e invitarlo a que se acerque a la misericordia de Dios que lo espera como el Padre Misericordioso siempre dispuesto a abrazar y perdonar.
No importa cuán grande sea mi pecado… El amor, la misericordia, y el perdón de Dios son más grandes.
Recordemos lo que nos ha dicho el Papa Francisco:
“Dios no se cansa de perdonar…
Somos los hombres los que nos cansamos de pedir perdón”