escrito por Mons. Victor Manuel Fernández
Febrero 10
https://misionerosdigitales.com/wp-content/uploads/2020/02/ES-10-feb.mp3
«Te doy gracias, Espíritu Santo, porque tú inspiraste la Palabra de Dios.
Porque esa Palabra ilumina mi camino y me da vida. Porque en esta Palabra me estás diciendo lo que más necesito.
Derrámate en mí, Espíritu Santo para que pueda comprenderla y me deje transformar por ella. Quiero ser un testigo que anuncie la Palabra con seguridad y convicción, con amor y alegría.
Por eso, Espíritu Santo, dame tu gracia para que pueda orar con esa Palabra, para que se haga carne en mi vida. Así podré anunciarla con mis palabras y mis gestos, con todo mi ser.
Tú que eres el maestro interior, toca los corazones de todos los que la escuchen, para que encuentren en ella la respuesta a sus inquietudes, para que se enamoren del Evangelio y lo vivan cada día.
Ven Espíritu Santo.
Amén.»
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«Te doy gracias, Espíritu Santo, porque tú inspiraste la Palabra de Dios.
Porque esa Palabra ilumina mi camino y me da vida. Porque en esta Palabra me estás diciendo lo que más necesito.
Derrámate en mí, Espíritu Santo para que pueda comprenderla y me deje transformar por ella. Quiero ser un testigo que anuncie la Palabra con seguridad y convicción, con amor y alegría.
Por eso, Espíritu Santo, dame tu gracia para que pueda orar con esa Palabra, para que se haga carne en mi vida. Así podré anunciarla con mis palabras y mis gestos, con todo mi ser.
Tú que eres el maestro interior, toca los corazones de todos los que la escuchen, para que encuentren en ella la respuesta a sus inquietudes, para que se enamoren del Evangelio y lo vivan cada día.
Ven Espíritu Santo.
Amén.»